viernes, 11 de julio de 2014

"El deporte puede cambiar al mundo", Nelson Mandela

En los años previos al Mundial de Rugby en 1995, Sudáfrica vivía en pleno ‘apartheid’, blancos y negros buscaban cualquier pretexto para enfrentarse entre ellos. Uno de tantos pretextos era el rugby. Los ‘Springboks’, como se conoce a la selección nacional de Sudáfrica, era un símbolo del poder blanco. Todos sus jugadores menos uno eran blancos y sus aficionados eran blancos y críticos con Mandela. Se daba la irónica situación de que los sudafricanos negros animaban al rival de Sudáfrica, fuera el país que fuera, con tal de que los ‘Springboks’ no ganaran partidos.
Tal situación hizo ver a Mandela la necesidad de conseguir la unión entre blancos y negros y vio que la única forma de conseguir sería a través del deporte. Mandela no se equivocó. Un año antes del inicio del Mundial Mandela activó la máquina para lograr que todos los sudafricanos, independientemente del color, animasen a los ‘Springboks’.
La historia a partir de ahí la explica de forma formidable el periodista John Carlin en su libro ‘El factor humano’. Carlin vivió en primera persona aquellos años desde su corresponsalía en el país sudafricano. El libro, que posteriormente fue llevado al cine por Clint Eastwood como ‘Invictus’ cuenta la historia de cómo Mandela logró convencer a un país dividido de unir sus esfuerzos para animar a la selección de Sudáfrica de rugby.
Todo empezó cuando Nelson Mandela se reunió con François Pienaar, capitán de unos criticados ‘Springboks’. Mandela le trasladó su idea y le pidió que recorrieran el país el año previo al mundial dando pequeños entrenamientos en las regiones más desfavorecidas a los niños negros del país. Además también le dio al capitán de los ‘Springbooks’ un poema, ‘Invictus’, unos versos que leía Mandela durante sus años de condena en Robben Island.
Pienaar recibió con agrado la petición de Mandela y fue uno a uno convenciendo a sus compañeros, todos blancos, menos uno, Chester Williams, el único jugador negro del combinado nacional.
La actitud de Mandela le trajo muchas críticas de sus votantes. Desde su propio partido no se entendía como Mandela, que había celebrado en la cárcel las derrotas de los ‘Springboks’, se había convertido en un defensor de un equipo ‘de blancos’. A pesar de las críticas, Nelson Mandela siguió adelante, confiando en la más que improbable buena actuación de la selección.
Fue un mundial memorable e irrepetible. Logró poner a todo el pueblo sudafricano tirando para el mismo lado y lo transformó por primera vez en una masa única. En este torneo, el país ganó y Mandela fue el encargado de entregarle la copa a Steven Pienaar, el capitán del equipo. En ese momento- retratado magníficamente en la foto que ilustra la portada de El factor humano- termina el libro. Se terminan los años de división y se termina esta historia de película, que podría interpretarse como una historia llena clichés si no fuese porque realmente sucedió.
Por: Alejandro Rodríguez-Cadena Ser/AP/EFE
Fuente: http://www.notitarde.com/Deportes/Mandela-El-deporte-tiene-el-poder-de-cambiar-el-mundo/2013/12/06/286142




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